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lunes, 20 de mayo de 2013

Los universos ordenados de Charley Harper

"Cuado miro la naturaleza no veo las plumas en las alas, sólo cuentan las alas. Veo formas interesantes, combinaciones de colores, patrones, texturas, comportamientos fascinantes y un montón de posibilidades para hacer dibujos interesantes. Veo los dibujos sin partes inútiles y aquí radica el atractivo del dibujo: en un mundo de caos el dibujo es un pequeño rectángulo en el que el artista puede crear un universo ordenado". 


Charley Harper (1922-2007) se crió en una granja de Virginia Occidental, una zona destacada por la riqueza de su biodiversidad y sus maravillosos paisajes, tanto que popularmente la denominan Almost Heaven (casi el cielo). Seguramente allí, rodeado de inmensos bosques poblados de animales nació su amor por la naturaleza, la gran protagonista de sus obras. Harper abandonó las colinas de Virginia para estudiar arte en la Cincinnati Art Academy, donde conocería a su mujer y años más tarde enseñaría ilustración. 

Tras su interés inicial por el realismo sintió que la obsesión por intentar alcanzar la mímesis perfecta y la ilusión de la tridimensionalidad no hacía más que restringir las posibilidades del dibujo. En seguida dejó de lado esta tendencia para decantarse por lo que él mismo definiría como  “realismo minimalista”.


El trabajo de Harper se caracteriza por la simplificación de las formas. Como si tratase de sacar a relucir lo que verdaderamente existe bajo la confusión de la superficie, captura la esencia de los seres vivos sin detenerse en los detalles, mediante composiciones basadas en formas geométricas y un código de lineas rectas y curvas. Esto, sumado al uso que hace del color, hace que sus imágenes sean delicadas y al mismo tiempo vibrantes.

El legado de Charley Harper es inmenso. A lo largo de su carrera ha ilustrado numerosos libros, ha trabajado en el campo de la publicidad, ha colaborado con revistas, diseñado murales, etc.  

Entre los títulos a los que ha puesto imágenes se encuentran, por ejemplo, "The Giant Golden Book of Biology" (1961) o "Animal Kingdom" (1968), ambos destinados a la enseñanza media. En estos volúmenes ilustra temas relacionados con anatomía, genética, microbiología y, por supuesto, cientos de animales.



  




Especialmente significativa es también su colaboración durante casi cuarenta años (1948–1982) con la Ford Times, revista mensual producida por la Ford Motor Company entre 1908 y 1996.


Incluyendo evidentemente un espacio de información promocional de los vehículos Ford, reservaba un lugar muy destacado a artículos sobre destinos interesantes desde el punto de vista de la práctica deportiva, el ocio o la historia. El carácter de la revista y la larga y estrecha relación con los responsables de la misma, le permitió obtener otras comisiones y experimentar libremente mientras trabajaba en una extensa variedad de temas. El resultado: cerca de un centenar de artículos ilustrados y unas treinta cubiertas, además de la publicación de ediciones de serigrafías con los pájaros como protagonistas. 



"Algunos quieren contar todas las plumas de las alas y otros nunca piensan en contarlas, como yo". 

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